¡Por fin! Después de unas agitadas campañas electorales donde el desprestigio estuvo por los cielos y las propuestas dadas por los ahora ya ex candidatos, no llegaron a ser del todo claras tanto en forma como en ejecución; sin embargo ya pasó el día de las elecciones y la mayoría de la gente que tenemos nuestro pulgar pintado decidió a su diferentes representantes en las distintas cámaras y además de escoger quien ocuparía el puesto grande: la presidencia de la república la cual fue entregada al ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo esta elección, como cualquier otra, carga sus consecuencias con las cuales tendremos que vivir los próximos seis años y nadie podría asegurar cuáles son. Se habla de devaluación, cierre económicos, despilfarros en programas sociales y hasta convertirnos en una dictadura pero, ¿qué tan posible es esto?
Elecciones arrolladoras
A quienes seguimos de cerca el PREP y después los resultados de las elecciones de este Julio notamos una tendencia; el partido de AMLO quedaría como mayoría en ambas cámaras federales.
Esto quiere decir que el presidente electo tendrá mayor facilidad para aprobar sus propuestas, sean cuales sean. Dicha facilidad puede significar una gran facilidad para trabajar y realizar cambios.
La situación aquí nos está si el presidente en turno o no envía propuestas al congreso y si esta son aprobadas, la cuestión está en cómo éstas afectarán la manera en que se hace negocio, la facilidad para establecer una empresa y el intercambio de bienes sencillo.
La perspectiva para el futuro
Si quisiéramos empezar de manera negativa, el dólar ganó valor frente al peso mexicano un 2% tras anunciarse quien ganó la presidencia de México. Pero, ¿es esta noticia un preludio de lo que le espera a México? El que escribe no le parece así.
Durante su campaña, el actual presidente electo fue muy vago en sus propuestas y realmente no nos quedó claro cómo es que guiaría al país. Esto causa una gran confusión entre los votantes que no lo eligieron y la gente que no salió a votar.
Igualmente de alarmante es el hecho que ha prometido crear programas sociales para ayudar a los adultos mayores y a los jóvenes que no siguen unos estudios y que no trabajan tampoco. Sumado a esto también nos dijo que todas las personas jóvenes deseosas de entrar a una educación universitaria no se quedarían afuera por falta de lugar o dinero, lo cual deja la duda, ¿cómo lo va a lograr y cuánto va a costar?
Estamos entendiendo que la premisa de su campaña estuvo basada en el hartazgo por los partidos que ya habían estado en el cargo, confió más en nuestro enojo que en nuestra capacidad de escoger racionalmente. Y es esta circunstancia la que nos tiene ahora en esta situación, habiendo elegido a sí una opción diferente a las demás pero incierta en su plan para cumplir sus promesas de campaña.
Lo único que podemos hacer es presionar como ciudadanía y empresarios que se apoye el crecimiento económico, el intercambio libre de bienes y que se facilite el emprendimiento, ideas que han sido fórmula certera para hacer crecer un país.
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